Las primeras nieves han llegado a Aralar.
Todos los que seguis el blog recordareis que tuvimos un fallo de orientación y llegamos a un pueblo distinto al que teniamos planeado. Aprovechando unos días de vacaciones, la nieve y el soleado día me propuse terminar la ruta correctamente.
De nuevo comenzamos en el Santuario de San Miguel
Obviamente el descenso hasta el valle de Ata siguio el mismo camino, pero el paisaje con la nieve cambia radicalmente.
La temperatura estaba en torno a los -3º, pero con el sol como aliado no hacia falta ir muy abrigado. La equipación necesaria fue: camiseta de manga larga, forro polar, gorro y guantes (que en seguida sobraron), polainas, pantalon de montaña de invierno, y botas de trekking de gore-tex. Mochila y bastones telescopicos con el adaptador para nieve puesto. En la mochila algo de agua, frutos secos y un cortaviento que al final ni hizo falta. Algo básico para estos días soleados en la nieve son las gafas de sol.
Durante una hora y media recorrimos el mismo sendero que el pasado 26 de octubre
El mismo punto un mes despues. En seguida llegamos al bosque del realengo
El famoso árbol caído
Por fin llegamos al valle de Ata. Nada más entrar en él vimos la marca que nos guiaba en nuestro camino, y que un mes antes ninguno de nosotros vio.
Siguiendo, como marca la señal, hacia la izquierda encontramos más y más arboles marcados que nos enseñaban el camino…
En el valle empezaban a verse claros en la nieve y conforme fuimos bajando empezó a desaparecer.
Al final encontramos el paso que nos alejaba del valle, pasando una valla de madera. Estuvimos justo al lado el pasado día y por error no nos dimos cuenta que el camino seguia por allí. Más era una pista forestal que un camino.
Por este camino dejamos el valle de Ata.
Proximamente … El camino planeado.
Hola Fran, tu querías repetir el paseo con nieve … La verdad es que está precioso! Lástima no haber podido ir pero muy buena la iniciativa. Felicidades!
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Fran, los que tuvimos el privilegio de compartir contigo la experiencia del 26 de Octubre estamos convencidos de que el trayecto estaba perfectamente planificado, incluyendo el hecho de perdernos. Seguro que lo hiciste para que fuera inolvidable.
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